Jugando a la botella con el prometido de mi esposa

Una fresca noche de Junio, yo sentado afuera de casa, tomando una copa de vino, esperando, mi esposa afanándose en la parte de atrás haciendo una deliciosa cena para quien casi fue su esposo (cuando nos separamos), yo pensando en las tonterías que podía permitirle, que me había convencido por minutos y ni tan convencido también.

Mi vida con ella se había caracterizado al principio por una felicidad temporal, aburrimiento sexual, fantasías, el despertar sexual de ella y después por una vida sexual nada aburrida, mi conservadurismo, se había destruido y me dejaba llevar por ella.

Habíamos regresado poco tiempo antes, nuestra separación nos había enseñado a valorarnos el uno al otro, haciendo nuestros lazos mucho mas fuertes ahora, a pesar de todo lo que pasaba, ella había estado comprometida y a punto de casarse con su compañero de trabajo, el cual estaba muy enamorado de ella, de muchos años antes, su nombre Joe, la quería desde que ella entro al trabajar en esa empresa, cuando aun éramos pareja, nuestra separación había sido una oportunidad para el que siempre estuvo ahí, que siempre la apoyo, cuando yo no lo hice.

Nuestro retorno, fue un terrible golpe para Joe (me dice mi esposa), le hizo mucho daño, cayó en una terrible depresión, causando en ella una culpa bastante fuerte, la cual no se cansaba de comentarme.


Una noche acabando de hacerme el amor, me comento que tenía una fantasía, ya habíamos estado junto unos meses y el sexo se tornaba un poco soso, le pregunte que tenía en mente, me miro inquisitivamente y me dijo que quería invitar a Joe a casa para cenar,¿ a cenar le pregunte?, no seas tonto me dijo a cenar, comer y todo lo demás, estás loca le dije, invitar a quien casi se había casado con ella a mi casa, me insistió, me dijo que yo estaría presente, que lo disfrutaría y que quería hacer algo ´para animar al chico que estaba un poco mal, ella lo veía todos los días en el trabajo y quería darle un poco de ánimo, esa noche la conversación acabo ahí pero los siguientes días continuó con su insistencia, cada vez que me hacía el amor me tocaba el tema diciendo que los disfrutaría mucho.

Una noche le pregunte picado por la curiosidad que era exactamente los que planeaba, ella me dijo que invitarle a cenar, un poco de alcohol y ver lo que sucedía, algo espontaneo, accedí, me llenaba de curiosidad y de morbo lo que pasaría, le pregunte si Joe seria discreto, ella me aseguro que si.


Y ahora estaba sentado en el patio esperando la llegada de Joe, con dudas y arrepentimiento de lo que accedí, poco después vi llegar un carro, era Joe, llego con un paquete bajo el brazo, una botella y algo de picar, lo mire fijamente, estaba demacrado, lo conocía de antes y teníamos algo de confianza, me dijo que yo era muy afortunado, la mujer que tenia era un ángel, si eso mismo pensé socarronamente, le acompañe a la sala, mi esposa había acabado de cocinar y se había ido a duchar, un rico aroma flotaba en al ambiente, la llame y me grito que bajaba en un momento, que fuéramos avanzando con el vino.

Joe me paso la botella de vino, la abrí, su rostro elimino cualquier malestar mío, había sufrido bastante al parecer ,le pregunte como estaba, me dijo que ahora bien, se sincero conmigo contándome todo, un ruido nos llamo la atención, mi mujer bajaba por las escaleras, llevaba una minifalda pegadísima, y un top mas pequeño aun, muy poco maquillaje pero estaba lindísima, vestida para matar, esas son las palabras, me quede en una pieza, observe a Joe, se había quedado con la boca abierta, ella bajo como si nada saludo a Joe con un beso y nos sentamos a la sala, tomamos vino, Joe estaba muy callado, mi esposa era la que hablaba, se fue a la cocina me llamo para ayudarle a servir, en la cocina me pregunto si continuaba con el juego, no le respondí me llenaba de curiosidad como acabaría todo aquello y por que mentir algo de morbo.

Sirvió una cena ligera, camarones al no se que, continuamos abriendo otra y otra botella de vino, al poco rato estábamos todos chispeados, pero más Joe que no paraba de tomar, mi esposa empezó a contar bromas picantes, además una que otra historia de cómo nos conocimos y que hicimos con todo y detalles sexuales muy gráficos, Joe se empezó aponer colorado y se reía torpemente.

Mi esposa cogió una de las botellas vacías y la coloco en el suelo dándole vueltas, “que les parece si jugamos a la botella borracha” dijo, yo le conteste que me parecía bien, ella sonrió coqueta “quieres jugar” le pregunto a Joe, claro le dijo ¿y los castigos? Pregunto – a eso si -dijo mi esposa los castigos se cumplen si o si, Joe se puso más colorado aun, ya me imaginaba que pasaba por su mente, además eso me puso más cachondo aun.

Primera vuelta castigo para mi, castigaba mi esposa, ven me dijo dame una buena lamida a los senos, tomo una copa con vino, se quito el top y se echo el vino a los senos, los lamí muy a gusto, sabían al cielo; segunda vuelta castigo a mi esposa, castigador yo, córremela la paja por un rato, y me empezó a masturbar en frente de Joe, este tenía la boca muy abierta, su cara temblaba, se notaba que estaba muy excitado, tercera vuelta castigaba mi esposa castigado Joe, le dijo sácame el calzón con los dientes, si te atreves, Joe me miraba, no sabía si atreverse, pero mi esposa lo animo diciendo que los castigos tenían que cumplirse si o si, Joe se acerco a ella, mientras ella se paraba y se levantaba la minifalda, el se agacho hasta arrodillarse frente a ella y con la boca empezó a jalarle el calzón despacio por los lados, no se atrevía a pegarse a su vagina, ella se dejaba tocar y lamer, le jalo el calzón hasta el suelo, tome el calzón distraídamente, lo toque estaba completamente húmedo, mi esposa lo estaba disfrutando mucho y yo también porque negarlo.

Otra ronda, castigada mi esposa, castigador Joe, dijo que quería lamerle el coño, me miro como esperando un reproche, también mi esposa me miro yo moví la cabeza afirmativamente, ella se sentó en el mueble, dejando sus caderas pegadas al borde, separo las piernas lentamente, un ligero brillo delataba la humedad que había en la zona, Joe no podía dejar de mirar su pubis, se acerco a ella besándole lentamente las piernas por la parte de adentro poco a poco se acerco a su coñito ahora mojado y le dio unos lametones suaves al principio y poco a poco fue entrando en él se notaba por sus movimientos que tenia la lengua adentro y mi esposa gemía de placer, tenía la cabeza de Joe agarrada y lo jalaba contra su sexo, lo separo de golpe poco después, estaba colorada. Continuamos con el juego? pregunto. Yo estaba muy excitado, otra ronda, castigada mi esposa castigador yo, le dije que se sentara en mi verga, se acerco coqueta, con la mini arriba, Joe estaba sentado al frente gimiendo, ella levanto una pierna, me saco la verga del pantalón y se fue clavando lentamente, estaba mojadisima, por sus jugos y por la saliva de Joe, se hundió hasta las bolas y se levanto de golpe dejándome con las ganas. Se acabo el juego dijo, Joe sácate la verga, Joe obediente se la saco en segundos, ella se volteo hacia mí y me empezó a dar una mamada espectacular, yo estaba sentado en el sofá y ella inclinada succionando mi verga, le estaba dando una visión de su conchita espectacular a Joe quien tenía el palo en la mano y nos miraba como tonto, ella se saco mi verga de la boca y le pregunto que esperaba, Joe se la metió de un solo golpe levantando un gemido de placer, Joe le golpeaba por atrás mientras sus golpes hacían que ni verga se entierra más en su garganta, ella no protesto, lo estaba disfrutando al máximo, yo veía desde mi sitio los ojos en blanco de Joe que disfrutaba como loco de la vagina de mi esposa, la situación me excitaba muchísimo, mi esposa le empujo, se levanto y se quito toda la ropa, estaba preciosa y muy excitada, hizo que Joe se echara en el piso y empezó a cabalgar, yo quede sentado en el mueble mirándole subir y bajar, después se levanto y se echo en el mueble levantando las hermosas piernas que tiene, Joe se arrodillo junto a ella, ella apoyo sus pierna en el cuello de Joe y la penetro, ¡como gemía¡, sus susurros anteriores se habían hecho muchos más fuertes, se mordía los labios, cerraba los ojos, de pronto note que Joe se quedo quieto y pronto empezó con cortas sacudidas, se estaba viniendo dentro de mi esposa, con los ojos en blanco y la boca abierta se vaciaba dentro del pequeño agujero de mi esposa, ella le pregunto si se había venido ya a lo que el asintió, ahora si cariño me dijo ven tomo mi verga, se apoyo boca abajo en el sofá tomo mi verga y se la coloco en la puerta de su coño, ahora si papito, hasta gritar, se la metí hasta que me dolió, la cabalgue salvajemente, a cada embestida sentí sus gritos, la voltee, le abrí las piernas todo lo que pude y se la clave de nuevo con furia, me araño y me mordió, me grito que era un dolor tan placentero, no demoramos mas, sentí que se venía y no pude aguantarme más, me vine a gritos con ella.

Estuvo riquísimo me dijo, una de las mejores cachadas que me han dado, se dirigió después a Joe que estaba sentado ya en el mueble, le dijo que ese había sido su regalo de despedida, lamentaba haberle hecho daño, pero que estaba enamorada de mi, lo de ellos no hubiera funcionado

Joe se levanto, asintiendo la cabeza, bueno ya estaba más animado, se seco con una servilleta, le dio las gracias a mi mujer a mí y se retiro, bueno realmente no voy a negar que tenía una increíble cara de felicidad, mi mujer le acompaño a la puerta, seguía desnuda le beso en los labios largamente, la miraba moverse, en liquido mezcla de nuestros jugos derramaba de su concha e iba cayendo por sus piernas, cerro la puerta y regreso a mi, me pregunto si me gusto, le dije que si, esta aventura en verdad me había gustado.

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